Formación y orientación profesional; binomio indivisible en la búsqueda efectiva de empleo

La formación para el empleo y la orientación profesional, junto con la Intermediación laboral, constituyen el núcleo de la actividad de LABORA, Servicio Valenciano de Empleo y Formación.

Tradicionalmente ambos servicios se prestan por profesionales distintos, de áreas distintas, y la lógica de funcionamiento de los mismos, hace que su prestación se produzca, por regla general, en momentos diferentes, bien sea debido al hecho de tener una dependencia orgánica diferenciada, o bien porque la temporalización de los mismos no suele, por desgracia, coincidir.

Esta situación provoca que el usuario de estos servicios los vea como independientes, de manera que, cuando el usuario se dirige a Labora, porque desea realizar una actividad formativa, no suele hacerlo en el contexto de un proceso de Orientación, y viceversa: ¿Es esto un problema? 

Contestar a esta pregunta no es sencillo. Se trata de un asunto complejo para el que nos faltan datos, evidencias más bien, y porque en el ámbito de la intervención social, dos más dos, no siempre suman cuatro.

No obstante, intuimos que la separación de ambos servicios, formación y orientación laboral, puede menguar el potencial de su impacto final en el usuario, en términos de mejora de su empleabilidad, que es el objetivo de cualquier intervención en nuestro ámbito de actuación.

Para explicar nuestra propuesta, nos vamos a valer del concepto de “oportunidad”, aunque no sea éste, por desgracia, un elemento que se suela considerar en el diseño o en la prestación de servicios públicos.

A menudo, la Administración Pública suele funcionar en base a planes estratégicos, que se traducen en programas de actuación, y finalmente, en servicios. En ese proceso complejo y burocrático, las personas, que son, o debieran ser, la razón primera (y última) de los mismos, ocupan, a menudo, un lugar pasivo. 

Esto ocurre, no solo porque las personas no suelen participar en el diseño de los servicios, sino porque en el mismo momento de su prestación, tampoco es habitual que coincida el ofrecimiento con su necesidad o conveniencia; de ahí que hablemos de oportunidad, o más bien, de la falta de oportunidad, que se produce cuando interactuamos con el usuario.

Para entenderlo mejor, hablamos de que, con cierta frecuencia, ofrecemos servicios de orientación o formación cuando no es el mejor momento para los usuarios, y, por el contrario, cuando nos solicitan tales servicios, no siempre estamos disponibles para ofrecerlos:

¿No parece éste un asunto crítico? ¿No merece darle alguna vuelta?

En el mundo del marketing de servicios (digitales), se habla con mucha frecuencia del “momento de la verdad” y de la importancia de la “última milla”; ambos conceptos vienen a resaltar la enorme importancia que tiene la respuesta al usuario, cuando, éste, manifiesta su intención de adquirir un determinado bien o servicio, pues de lo que suceda a partir de ese momento, depende el éxito (o el fracaso) de todo el trabajo anterior.

Pues bien, aun siendo cierto que son ámbitos distintos, el de la empresa y el de la Administración Pública, no lo es menos que en ambos casos se busca satisfacer una necesidad, y que no podemos desaprovechar el potencial del momento en que un usuario solicita nuestra atención, pues no hay nada más oportuno que responder cuando se nos requiere: no es lo mismo ayudar a quien solicita nuestra ayuda, en el momento en que nos lo manifiesta, que prescribir nuestros servicios, cuando el sistema lo permite, en función de su propia lógica interna. 

Pero, volviendo a nuestro caso, el de los servicios públicos de empleo, y, en concreto, el de los servicios de formación y orientación, podríamos resumir nuestro problema diciendo que la orientación profesional se produce en diferente «espacio y tiempo» que la formación para el empleo, a pesar de que están dirigidas al mismo colectivo y responden al mismo objetivo: la inserción laboral.

Esta situación provoca que estos servicios no se perciban, en demasiadas ocasiones, como algo significativo para sus destinatarios, en la medida que no suelen llegar en el momento oportuno:

¿Qué podemos hacer? O dicho de otra forma: ¿Cómo podemos ser más “oportunos” en la prestación de estos servicios?

 Nuestra propuesta, que se inserta en el ámbito de lo posible, como no podía ser de otra manera, se basa, sencillamente, en la idea de combinar el potencial de la  formación para el empleo con el de la orientación profesional, haciendo que ambos servicios coincidan en el tiempo.

 Combinar el potencial de la  formación para el empleo con el de la orientación profesional,

haciendo que ambos servicios coincidan en el tiempo.

 ¿Qué mejor momento para recibir orientación que cuando una persona se está formando? Sabemos que (por lógica) la persona que se está formando está pensando en mejorar en su desarrollo profesional, su empleabilidad, y que una vez finalice la acción formativa,  lo normal es que piense en “capitalizarlo” de inmediato, activando su búsqueda de empleo.

Pero  también sabemos que si pospone esa decisión, la de “entrenarse” en la búsqueda de empleo, para cuando finalice la formación, habrá perdido un tiempo precioso, y tal vez en ese momento ya no se lo ocurra buscarnos en Labora, pues para muchos de ellos (como antes he dicho) no somos, todavía, un servicio (de orientación) significativo.

Es cierto que los cursos de formación para el empleo incluyen módulos formativos transversales que ponen en contacto al alumnado con el entorno laboral, como “Inserción laboral, sensibilización medioambiental y en la igualdad de género” o “Fomento y promoción del trabajo autónomo”. Sin embargo se trata de una formación teórico práctica muy útil, pero no se logra acompañar al alumnado a nivel personal en la búsqueda activa de empleo.    

Simultanear la acción formativa  con una orientación personalizada, parece una actuación que puede generar sinergias entre ambos servicios, con un efecto multiplicador sobre la empleabilidad del usuario, pues, como antes hemos comentado, no hay mejor “momento de la verdad” que aprovechar el deseo de formación de una persona para facilitarle, en ese tiempo, la orientación “oportuna”; es decir: aquella que le ayude a recorrer esa “última milla” hacia el empleo en las mejores condiciones y con la mayores garantías de éxito.

Nuestra propuesta consiste en empezar con un programa piloto, seleccionando para ello dos cursos de Labora de una misma especialidad formativa de certificados de profesionalidad; en uno de dichos cursos los alumnos recibirían, a lo largo del mismo, servicios de orientación personalizados, mientras que en el otro no se prestarían estos servicios, y se les informaría de que pueden recibir orientación poniéndose en contacto con su Espai Labora de referencia.

Posteriormente, se realizaría un estudio de la evolución de los alumnos en los siguientes 3 y 6 meses, respecto a su empleabilidad y a los resultados en su inserción laboral.

En cuanto al contenido de los servicios de orientación, pensamos que lo más conveniente sería dotar a los alumnos de herramientas de búsqueda de empleo, completar su formación específica con competencias digitales básicas (talleres de búsqueda de empleo 2.0…), proporcionarle información útil sobre el mercado de trabajo (sectores y empresas en  lo que hay más demanda de su especialidad formativa, así como de las competencias y perfiles más demandados), e incluso iniciar el proceso de búsqueda de empleo poniendo en práctica esos conocimientos adquiridos, aprovechando la posibilidad que ofrecen las prácticas en empresas en la fase final de estos cursos.

Sabemos que esta propuesta implica un esfuerzo para los Servicios de Formación y de Intermediación de Labora, pero creemos, sinceramente, que con un esfuerzo de coordinación por parte de todos, es posible hacerlo.

Pero  lo más importante, es que estamos convencidos de que es necesario, pues, si queremos seguir modernizando nuestros servicios para que aporten más valor a sus usuarios, es imprescindible que emprendamos proyectos innovadores que pongan en el centro de los mismos a las personas, y que lo hagamos de una forma coordinada, evaluando sus resultados para disponer de evidencias, de forma que podamos, después, implantar aquellas buenas prácticas que mejor cumplan con el propósito que mueve nuestra actuación en Labora: ayudar a las personas a conseguir un empleo digno, adecuado a su capacidades e intereses.


Autores: Celia Ruiz Flores, Dep. Desarrollo, Innovación, Experimentación y Formación, LABORA FORMACIÓ-CRNFP PATERNA, y Pedro Valero, Director del Espai Labora de Silla.

Publicado en Búsqueda de trabajo, Certificado de Profesionalidad, Demandante de empleo, Empleo, Et Formen, Formación, LABORA, Orientación, Servicio Valenciano de Empleo y etiquetado , , , , , , , , , .