Autora: Amalia López Acera, community manager del SERVEF
El tipo de foto que elegimos para poner en nuestro currículum siempre ha sido un elemento a tener en cuenta y si bien hasta hace unos años sólo teníamos el currículum en papel, hoy en día además tenemos los perfiles en las diferentes redes sociales que como en el caso de LinkedIn cumple la misma función.
En una encuesta realizada por InfoJobs a reclutadores de empresas estos apuntaban que “los currículums con foto tienen el triple de posibilidades de ser seleccionados”.
Quedaría por ver si hay relación entre la calidad del currículum del candidato que tiene foto, y el del candidato que no la lleva, pero el tema de poner o no foto en el currículum es una cuestión que siempre ha generado debate.
No es igual en todos los países
Si alguno ha participado en algún proceso de selección en Estados Unidos o en el Reino Unido habrá visto como no se suele poner fotografía en un intento de evitar discriminaciones por cuestiones de raza. Además en estos países se piensa que la imagen de una persona no debería condicionar sus habilidades o potencial profesional (la esencia del programa “La Voz”).
Sin embargo, en nuestro ámbito geográfico la utilización de la foto en el currículum como hemos visto más arriba, aumenta considerablemente las posibilidades de ser seleccionado, y simplemente por esa razón, está más que justificado ponerla. Además en el caso de las redes sociales el hecho de no poner una foto resta credibilidad y no da confianza por lo que en este caso podría jugar en nuestra cuenta no ponerla.
¿Qué foto es la más adecuada?
Aunque no hay reglas escritas de lo que es mejor o peor, cuando has revisado miles de curriculums ves que sí que hay algunos aspectos que se deberían tener en cuenta, sobre todo, porque gran parte de lo que proyectamos sobre nosotros mismos lo hacemos a través de ese pequeño “cuadradito”.
Ahí van algunas ideas:
1) Somos profesionales.
Si somos profesionales da igual si te dedicas a la fontanería, a conducir un camión o ingeniería (la profesionalidad es una cualidad que se da con la persona con independencia de la profesión) debemos transmitir esa imagen, por lo que debemos poner una foto profesional. Si no podemos ir a un fotógrafo para que nos la haga, al menos debemos cuidar los detalles (hacerla con una cámara y no con un móvil, cuidar la luz, sin flash, no poner “selfies”, etc…) para que sea lo más profesional posible.
2) La foto debe ser reciente.
La edad es un factor que puede jugar en nuestra contra (ya sea porque somos muy jóvenes o porque seamos muy mayores) y seguramente los que tenemos más edad nos veamos mucho mejor en una foto de hace unos años (teníamos más pelo, menos arrugas….) pero no debemos caer en la tentación, ya que si nos llaman a la fase de entrevista y descubren “el engaño”, éste será un factor que jugará en nuestra contra restándonos credibilidad.
3) Mejor foto de medio cuerpo.
En las fotos de cuerpo entero se nos ve como “enanitos”, y en las fotos tipo fotomatón, no solemos salir habitualmente muy bien (¿quién sale bien en la foto del DNI?). Por eso, la foto de medio cuerpo es un tamaño justo, y además nos permite transmitir una imagen más completa de lo que queremos proyectar.
4) Cuidado con los accesorios.
Como diría Coco Channel, “menos es más”, es decir, huir de todo tipo de complementos como gafas de sol, sombreros, gorras, pendientes o joyas muy grandes o llamativas.
5) La ropa debe ir acorde con la imagen que queremos dar.
Si optamos a un puesto de supervisor deberemos ir con traje de chaqueta y corbata; y si es para repartidor, podemos decantarnos por una camisa blanca (por favor, nunca de colores chillones o estampado hawaiano). En el caso de la mujeres, igual, las camisas blancas suelen ser un clásico que nunca falla.
Como anécdota contaré que en las reuniones de los consejeros EURES de los servicios públicos de empleo europeo, suele ser un tema recurrente el porqué los candidatos españoles lucen en las fotos de sus currículums camisetas de equipos de fútbol.
6) La expresión de la cara.
Está claro que la foto en la que mejor salimos es la que nos hacemos en el chirigüito de la playa con un mojito en la mano, pero a pesar de lo bien que salimos, no es la más adecuada. Sonreír en la foto está bien, reírnos a carcajadas no tanto; aunque siempre será mejor que una cara demasiado seria.
7) Cuidado con el fondo.
Poner una foto en la que aparezca detrás la Muralla de Ávila o un trozo del brazo de nuestra pareja al cual le hemos aplicado el “recorte”, tampoco queda bien. Se trataría de que nada desviara la atención de lo realmente importante, nosotros.
Que una imagen vale más que mil palabras nadie lo duda, y en una sociedad como la nuestra la imagen adquiere cada vez más importancia siendo la base de redes sociales como Facebook o Instagram.
Hay personas que opinan que no son lo suficientemente “guapas” para poner una foto y por eso no la ponen, pero aquí no estamos hablando de belleza, sino de poner cara a un candidato para que nos recuerden mejor (de una persona podemos olvidar su nombre, pero no su cara).
Además, aunque nosotros pensemos que es mejor no ponerla tenemos que tener en cuenta que la valoración que aquí cuenta es la de la persona que nos va a seleccionar y como decíamos al principio, esos reclutadores opinan que si ponemos foto vamos a tener más posibilidades. Y al fin y al cabo lo que aquí queremos es que nos contraten.
La foto no deja de ser sin embargo un elemento más del currículum y no debería tener más importancia que el resto. Se trataría por tanto, no de que nos seleccionen por la foto, sino de que no nos descarten por ella.